Son tantas las familias de todo el país que acuden a nosotros buscando desesperadamente un diagnóstico y una solución a los problemas constructivos de su casa, que nos decidimos a escribir estas historias de terror. El título tal vez lo reputes por sensacionalista, pero no te apresures a juzgar, que cuando hayas leído las experiencias de estas familias verás que realmente son historias de terror; que en esto no valen los eufemismos.
Nuestra intención es evitar que te pase. Tu mejor defensa es estar informado y educado, para que cuentes con un mejor criterio para elegir con conocimiento. No queremos que te conviertas en otra historia de terror. Tampoco pretendemos acusar los errores de los demás, porque nadie es infalible y todos, absolutamente todos, nos equivocamos (nosotros también), aunque nos cueste aceptarlo y reconocerlo. Pero seamos claros en esto, una cosa es una omisión que se perdona, porque ¿quién hay que nunca se equivoque?, y otra muy diferente es ser negligente.
Nos afligen los sueños rotos y esperanzas truncas de familias que con el esfuerzo de una vida sufren una experiencia amarga y lamentable. Y lo peor, muchas veces los defectos no tienen reparación posible. Humildemente, queremos contar sus historias, para que podamos aprender y no repetirlas.
Hoy te traemos la historia de María, de Mar del Plata.
Escribe Juan Báez
Un sábado como cualquier otro, recibo este mensaje:
"Hola, quería consultarte si hacen trabajos de revisión en mar del plata. Hice una ampliación en dos plantas cuando nacieron mis hijos hace tres años y ya tuve que arreglar muchas cosas. Ahora debo hacer un arreglo en la parte de construcción húmeda (la original) y estoy aterrada que me hayan hecho cualquier cosa en la ampliación de steel Frame. Me da miedo que con la vibración de romper el ladrillo en el comedor se desajusten los tornillos de las piezas. Por eso antes de hacer nada quiero que venga alguien con experiencia a revisar que esté todo bien y no se me venga la casa abajo."Intrigado, leí de nuevo el mensaje, porque no lo terminaba de entender... Tenía en claro que María necesitaba hacer una demolición pequeña (abrir un vano en una pared de mampostería) pero no entendía por qué su temor a que esto pudiera afectar la construcción hecha con Steel Frame. Le pedí fotos y videos, y a los pocos minutos llegaron. Las patologías eran patentes. Fisuras en el revestimiento exterior, descascaramiento de la pintura, filtraciones de agua en ventanas.
Hasta aquí, nada estructuralmente grave, hasta que llegó esta foto:
Mira la foto nuevamente y advierte las vigas de entrepiso con perfiles PGC de 100 mm. de ancho de alma y espesor de 0,94 mm. cuando, a juzgar por la luz, debieran tener no menos de 200 mm. y 2 mm. Un pobre intento de viga reticulada como apoyo intermedio, que a su vez apoya sobre un vano sin dintel. No podía encontrar nada en la foto que respetara mínimamente la manera correcta de armar una estructura de acero. Sentí lástima por María y una decepción difícil de explicar. Y entendí por qué su profunda preocupación. Así armado, el entrepiso vibra, cimbra y rebota cuando se lo camina. No se siente seguro y firme, como debería. La estructura de acero está ejecutada negligente, inescrupulosamente. Lamentablemente para María, los errores están más allá de cualquier reparación posible. Es necesario desarmar todo y hacerlo de nuevo. Sencillamente no es seguro. Alguien podría salir lastimado.
Hoy, la planta alta está desocupada y vacía. Sí, vacía, como la esperanza y los sueños de María y su familia.
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